Hoy vamos a tratar un tema peculiar que genera mucho debate entre marcas y consumdiores: El sexo en la publicidad, ¿favorece o perjudica?.
Al hablar de sexo en la publicidad nos referimos al uso del interés sexual como herramienta persuasiva para llamar la atención del público hacia un producto o servicio concreto, probablemente con un objetivo de venta, generalmente con la presencia de modelos atractivos o de símbolos sexuales.
Aparentemente, el sexo puede parecer un recurso seguro en la publicidad
Pero ya Martin Lindstrom en su obra Buyology nos advertía de que el contenido sexual en la actualidad es muy accesible, sobre todo gracias a internet, y eso le resta importancia.
Un reciente estudio publicado por la revista científica Psychological Bulletin asegura que los temas de índole neutro son más eficaces para el recuerdo y la notoriedad de marca que los de contenido sexual. Éste afecta al proceso de memoria de quienes reciben el impacto publicitario al desviar su atención (como parece lógico).
El sexo en la publicidad se fundamenta en la curiosidad que sentimos sobre la sexualidad humana y sus aspectos biológicos (reproducción), emocionales (sentimientos), físicos (amor, confianza, cariño) y espirituales (conexión con los demás).
Todo ello representado casi siempre con personas, mayoritariamente femeninas, aunque en los últimos años el protagonismo del hombre está creciendo considerablemente.
Viendo algunos anuncios publicitarios, bien sea en televisión, revistas o el propio internet, es más que probable que si su contenido maneja escenas con índole sexual con el tiempo recuerdes la escena pero no recuerdes la marca.
El plano emocional y las variables que forman parte del mismo descrito anteriormente (aspectos biológicos, emocionales, físicos y/o espirituales nos confunden. Aunque recuerda, generalizar es complicado y habrán excepciones.
Finalmente, eres tu quien valora y decide.
Photo credit: getmezesty