Hoy vamos a hablar sobre enfoque de polarización en marketing. Los extremos son eso, extremos, y no suelen ser demasiado buenos ni por un lado ni por el otro. Pero no quiero referirme a los extremos, sino a ver desde el otro punto contrario al que estamos cualquier situación a la que nos enfrentamos.
Me explico. Cuando nos enfrentamos a un problema o reto, solemos concienciarnos de lo que nos rodea en el punto de partida. Ahora te planteo, ¿qué pasaría si en lugar de hacer esto nos elevamos y percibimos desde lo contrario?
Puede que alguna vez hayas tenido que vender algo a alguien, pero ¿qué pasaría si en lugar de venderlo a ese alguien pensaras en vendérselo al principal competidor de ese alguien? Este ejemplo sería un caso de aplicación de la polarización.
Si tenemos un producto con una definición perfecta de público objetivo, ¿que pasaría si pensáramos en su traslado a otro target totalmente contrapuesto?
Tenemos la obligación de pensarlo, lo que ya somos o hacemos tiene un ciclo de vida demasiado corto en la actualidad. El salvaje mundo empresarial, de las marcas, de los productos, de los servicios y de todas las personas que están sin cesar de pensar nos obligan a ello.
Polarizar es difícil al principio, pero puede resultar sencillo con la práctica. Al fin y al cabo, como casi todo en esta vida, es cuestión de atrevimiento. Desfocalizar puede ser un paso para ayudarte a polarizar.
En la propia comunicación también podemos tener esta potente herramienta: comunicar alegría o diversión en lugar de tristeza o pena, comunicar algo cálido en lugar de algo frío o comunicar una ganancia en lugar de una pérdida pueden ser algunos de los ejemplos que maticen esta técnica.
Los resultados pueden llegar a ser altamente sorprendentes, pero lo dicho, hace falta atrevimiento.
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