Este artículo de investigación se titula “Relevancia de la marca personal como herramienta de comunicación emocional”. Forma parte del Cuaderno del Centro de Estudios en Diseño y Comunicación número 188 de la Facultad de Diseño y Comunicación de la Universidad de Palermo (Buenos Aires, Argentina).
La marca personal es el principal activo con el que cuenta cualquier profesional. En un entorno altamente competitivo a nivel individual, encontrar un posicionamiento adecuado está lleno de complejidades. Lo queramos o no, todos y cada uno de nosotros somos una marca que hay que cuidar, construir y evolucionar, adaptándola a las circunstancias de cada momento y escenario.
El personal branding se ha convertido en un altavoz de primer nivel gracias a los numerosos canales digitales existentes, oportunidad que debemos potenciar al máximo.
Podemos definir la marca personal como «la huella que dejamos en los demás, sobre todo, cuando no estamos presentes»
Su conceptualización en inglés, personal brand, da origen al proceso de gestión, que definiremos como personal branding.
Precisamente este concepto, personal branding, que en castellano mencionaremos como gestión de marca personal, tiene origen en un relevante autor como Tom Peters. Fue en 1997 cuando Peters desarrolló un interesantísimo y novedoso artículo en la revista Fast Company. Bajo el título «Toe Brand Called You», el autor proyectaba la enorme importancia que tenía competir como marcas individuales a nivel profesional, en la denominada «era del individuo».
Lo cierto es que, lo queramos o no, estamos obligados a defender nuestra marca personal, ya que lo somos por naturaleza. En este sentido, es importante destacar que a nadie más que a nosotros le corresponde la férrea defensa de la marca personal, ya que nunca nadie nos obligará a trabajar para ella. Es una responsabilidad de por vida que nos pertenece, tan solo, a nosotros.
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