La importancia de la imagen como marca personal

«Disculpen que les llame caballeros, es que no les conozco muy bien». Groucho Marx

Son solo necesarios siete segundos para crear una impresión sin abrir la boca. Sea cual sea ésta, incluso si nos negamos a trabajar en ella ya la habremos construido.

Las impresiones suelen ser subjetivas, pero no por ello menos importantes.

Yo misma me he puesto a prueba: un día vestir de cualquier manera y la gente casi no me mira o ir muy arreglada, cuidar hasta el más mínimo detalle y recibir las mejores atenciones.

La selección visual nos ha servido para seguir con vida durante generaciones. Desde la biología, ya eliminamos el “bicho” más feo, dándole un pisotón si su tamaño nos lo permite o nos alejamos de él lo más rápido posible si no hay otra opción.

En la actualidad cuando hablamos de personas, la imagen nos sirve de referencia para, de una manera subconsciente, juntarnos con quienes imaginamos que podemos empatizar o alejarnos si no nos inspiran confianza.

Te propongo un ejercicio: voy a nombrar una serie de objetos como la lámpara de pie de arco de Flos, la Vespa, el bolígrafo Bic, un 600, un Porsche modelo 911 Carrera o el clásico bolso Chanel.

¿Qué te sugiere cada uno de ellos? Piensa antes de responder. Con las personas pasa igual. Nuestra marca personal es singular y comunica.

La percepción de nuestra imagen se crea por el tono de voz, la CNV (comunicación no verbal), la postura corporal, la ropa, la forma de llevarla y el uso del color.

Todo en su conjunto es decisivo para transmitir seguridad, rigor, profesionalidad o lo contrario. La buena noticia es que esto se puede trabajar.

Profesionales como Giorgio Armani o Karl Lagerfeld lo demuestran de manera visual

Los colores, tanto en la vestimenta como en otros contextos de la comunicación no verbal, son un recurso interesante para decir visualmente lo que a veces con palabras se queda limitado.

El color en las marcas tiene mucho que ver con el significado del color cuando vestimos. Sutiles diferencias que bien usadas nos ayudan a comunicar con eficacia lo que interesa.

Estoy convencida de que ya eres consciente del impacto que puedes provocar tú en los demás, no obstante te voy a dar unas indicaciones a tener en cuenta.

• Los colores fríos: azules, granates y grises denotan formalidad, firmeza, seguridad y autoridad.
• El rojo es el color del liderazgo úsalo si quieres llamar la atención: no lo uses para resolver conflictos. En China es el color de la prosperidad, se usa en los negocios
• Si quieres transmitir cercanía y confianza usa el verde: no lo uses si vas a visitar a alguien enfermo.
  El negro transmite elegancia, practicidad y sirve en casi todas las ocasiones: no lo uses en una boda, ni cuando vayas a visitar a un enfermo.
• El blanco es el color de la pureza, paz y la inocencia: úsalo para solucionar conflictos familiares, no lo uses: en complementos, pues resta seriedad dando un toque vulgar. Tampoco lo lleves cuando viajes a la India, Japón o China pues es el color del luto y representa la palidez de la muerte.

Preguntas para reflexionar

1. ¿Estás satisfecho de la imagen que transmites actualmente?
2. Si fuera que NO… ¿Qué es lo que te gustaría transmitir a los demás sin abrir la boca?
3. La última vez que te dijeron que estabas radiante o que te dijeron ¡Qué bien te veo! cómo te cuidas! ¿Qué llevabas puesto
4. ¿Cómo describirías el estar y la imagen de una persona de éxito?
5. Pruébate algo que sueles ponerte por rutina pero sabes que no te favorece. ¿Cómo te sientes?
6. Ahora saca del armario esa pieza de ropa que te regalaron y no te la pones ¿Por qué?

Con estas pautas ya puedes por ti mismo sacar unas cuantas conclusiones y poner en práctica el uso del color en diferentes circunstancias.

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