El tema de este post trata un concepto desde el punto de vista psicológico: Oniomanía o compra compulsiva en la conducta del consumidor.
Se trata de un trastorno psicológico cuyo síntoma es un deseo desenfrenado por comprar sin una necesidad real.
Puede darse en personas que padecen trastornos del estado de ánimo, por ello suele estar asociada a trastornos depresivos y baja autoestima.
El acto de la compra genera en la persona que sufre esta situación una satisfacción inmediata, con la que cree llenar su vida de sentido.
Esto provoca una sensación efímera de haber conseguido borrar los problemas.
Obviamente, estamos hablando de una situación límite y no de situaciones en las que satíricamente decimos a alguien que tiende a ser compulsivo en las compras.
Oniomanía o compra compulsiva en la conducta del consumidor
El proceso provoca un sentimiento de culpabilidad, que además se retroalimenta, ya que solo se compensa con una nueva compra.
La persona adicta a las compras se ve, por tanto, atrapada en un círculo vicioso.
Existen estados emocionales de caracter negativo, como la ira, que pueden inducir a la compra compulsiva.
Seguro que habrás escuchado el término «shopaholic«, que se refiere a un comprador compulsivo.
La compra compulsiva posee algunos rasgos comunes con alguna conductas adictivas, lo que convierte a este comportamiento en potencialmente peligroso.
En definitiva, los indicadores clave que podemos detectar en este sentido son:
- Aparición de ansiedad asociada a los lugares potenciales de compra
- Pensamiento intrusivo sobre el deseo de comprar
- Imposibilidad de controlar el deseo de comprar
- Satisfacción y cese de la tensión cuando se realiza la compra
- Sentimientos de culpa
- Momentos de legalización
Quizás todo este escenario pueda tener alguna relación con conductas irracionales como las que se describen en este otro post (clic aquí para leer).
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