¿Alguna vez has deseado tener una ventaja sutil pero poderosa en tus interacciones diarias? Si la respuesta es sí, entonces necesitas conocer el revolucionario concepto de la «Pre-suasión» del renombrado psicólogo y autor Robert Cialdini.
Imagina poder influir en las decisiones de las personas incluso antes de que se enfrenten a la elección. Eso es exactamente lo que la «pre-suasión» busca lograr. A diferencia de la persuasión tradicional, que se enfoca en el acto de convencer en el momento de la decisión, la pre-suasión se centra en lo que ocurre antes. Se trata de preparar el terreno, de crear el contexto adecuado para que tu mensaje sea recibido de la manera más favorable posible.
Cialdini, es autor de «Influence: The Psychology of Persuasion»
En este caso, en su obra «Pre-suasion: A Revolutionary Way to Influence and Persuade«, el autor nos desvela cómo pequeñas acciones y ajustes en el ambiente pueden tener un impacto significativo en la receptividad de las personas. La clave está en establecer un «momento privilegiado» antes de presentar tu mensaje, un instante en el que la audiencia esté más dispuesta a aceptar tus ideas.
La belleza de la pre-suasión es que es aplicable en casi cualquier contexto. Aquí tienes algunas estrategias prácticas:
Prepara el entorno
Antes de una reunión importante, ajusta el entorno para favorecer tu mensaje. Si deseas inspirar colaboración, usa imágenes o palabras que evocan trabajo en equipo.
Establece la autoridad
Asegúrate de que tu audiencia perciba tu competencia antes de que comiences a hablar. Esto puede ser a través de testimonios, diplomas o simplemente asegurándote de que tu presentación inicial refleje tus logros.
Crea expectativas positivas
Antes de presentar una idea, utiliza frases que preparen a tu audiencia para una experiencia positiva. Decir algo como «Lo que vas a escuchar puede cambiar tu perspectiva de manera muy beneficiosa» puede predisponer a las personas a ser más receptivas.
Usa el efecto de enmarcado
La manera en que presentas la información puede hacer toda la diferencia. Enmarca tus propuestas resaltando los beneficios y minimizando los posibles inconvenientes.
En definitiva, este concepto es una herramienta poderosa que, cuando se utiliza de manera ética, puede amplificar tus habilidades de influencia y persuasión de manera sorprendente. No se trata de manipular, sino de preparar el terreno de manera que tu mensaje se reciba de la mejor manera posible. Por tanto, la próxima vez que te enfrentes a una situación donde necesitas persuadir, recuerda: el éxito no solo está en lo que dices, sino en cómo preparas a tu público para recibirlo.
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