Decimoctavo post de la serie de 22 dedicada a las leyes de la fantástica obra de Jack Trout y Al Ries, las 22 leyes inmutables del marketing: Ley del éxito.
Así de contundente se manifiesta esta ley: el éxito suele preceder a la arrogancia, y la arrogancia al fracaso
No puedo estar más de acuerdo. La vida empresarial (y también la personal) está llena de momentos en los que el éxito te puede confundir, parecer arrogante (incluso no siéndolo puede que lo parezcas) y que ello te conduzca si no al fracaso a una situación no deseada.
En este momento me acuerdo de este post, que tiene algo de relación con todo esto que estamos planteando gracias a esta ley: Huye de los elogios, aprende de las críticas.
El éxito es un concepto muy subjetivo, no hay que olvidarlo. Incluso para unos una misma situación puede ser exitosa mientras que para otros no lo sea tanto, es curioso.
Hay un peligro palpable en el concepto éxito: cuando alguien triunfa tiende a pensar que sus ideas o planteamientos son lo mejor, aspecto que hace que se pierda la objetividad. No lo olvides, es importante tenerlo en cuenta.
También el éxito es un concepto muy efímero: hoy puedes tener éxito y mañana mismo tener un fracaso. Lo importante es saber los motivos por los que sucede una cosa o la otra.
Finalmente, me gustaría enlazar este concepto con el ego, otro hecho destacable en todo este ecosistema. Para ello me gustaría recordar estos dos post anteriores donde hablaba de ello y que aportan una información complementaria: El marketing del egoísmo y 7 pecados: la gula en el marketing.
Es curioso como de un polo podemos pasar al otro, en un sentido u otro, del éxito al fracaso y del fracaso al éxito. La vida está llena de muchas de estas historias.
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