Decimotercer post de la serie de 22 dedicada a las leyes de la fantástica obra de Jack Trout y Al Ries, las 22 leyes inmutables del marketing: Ley del sacrificio.
La ley del sacrificio manifiesta que se debe renunciar necesariamente a una cosa para conseguir otra
Para una marca hay tres niveles de aspectos que hay que sacrificar: la línea de productos, el mercado meta y el cambio constante. Veamos por separado cada uno de estos importantes aspectos.
Sobre la línea de producto, la ley indica que se debe reducir la gama de productos en lugar de ampliarla. Esto significa que si disponemos de un producto con un posicionamiento de privilegio y un considerable nivel de ventas. Debemos enfocar todos nuestros esfuerzos de marketing en conseguir que alcance un nivel superior. Eso si, evitando a toda coste provocar alteraciones en su esencia como concepto.
Sobre el mercado meta (público destinatario ideal de nuestro producto o servicio) se trata de definir y matizar nuestro enfoque hacia un segmento de mercado. O, incluso, hacia un nicho de mercado en el que podamos ser una referencia (aquí tienes un ejemplo de un post anterior, Segmentación por estilos de vida: solteros).
Por último, si una marca ha alcanzado el éxito con una estrategia concreta y definida para un producto o servicio, no deberíamos de cambiarla. Deberíamos potenciar el enfoque en aquel o aquellos aspectos de la estrategia que podamos potenciar. De lo contrario podríamos perder la ventaja competitiva alcanzada. Se trata de no cambiar por cambiar, aunque si hemos de hacerlo deberemos estar muy seguros de que hay un aspecto clave que nos obliga a ello.
Sacrificar siempre es complicado, pues significa renunciar a algo y puede que pensemos que ese algo es una buena idea. Pero debemos pensar si sacrificar ese algo de verdad nos va a permitir salvaguardar o potenciar lo que nuestra marca ya ha alcanzado hasta ahora.
Photo credit: iwechart
