Finalizamos la serie de post en la que estamos detallando 7 etapas para crear un análisis de la competencia. En esta séptima y última entrada, aportaremos una visión general de todo el proceso que hemos estado describiendo.
A modos de resumen, hemos estado viendo las siguientes fases, de carácter consecutivo:
1 . Mapa competitivo
En él, determinamos el escenario en el que nuestra empresa se mueve y empezamos a ser conscientes del territorio al que nos enfrentamos.
2. Factores de contraste
Tras definir el mapa competitivo, el siguiente paso es definir aquellos factores que consideramos pueden ser interesantes para poder arrancar con una primera inmersión en ellos.
3. Inmersión breve
En esta primera inmersión vamos contextualizando a los competidores a través de fichas que reflejen una primera dosis de información de interés.
4. Detectar factores
Tras el paso anterior, procedemos a ir definiendo cuáles son los factores críticos en los que tenemos que ir profundizando, para dejarlos listos de cara a la etapa de contraste.
5. Contrastar factores
Comparamos los factores definidos en el paso anterior y extraemos unas primeras conclusiones que nos van orientando hacia el lugar competitivo de cada empresa.
6. Inmersión profunda
Es la etapa donde empezamos a comprender la realidad del escenario competitivo y determinamos qué posición tenemos en el mismo. Ésta puede ser (o no) bien diferente a la que estimamos previamente.
Hay mucho que aprender de los competidores y del entorno competitivo
Creo que no puedo añadir mucho más de lo ya dicho en toda la serie de post dedicada a este ámbito de la investigación de mercados.
Un análisis competitivo puede ser tan simple como mapear rápidamente el panorama y revisar el material de marketing de los competidores cercanos. Pero, en realidad, para que tenga sentido y utilidad, el análisis competitivo debe ser tan profundo como usar el producto o servicio, analizar las finanzas y realizar un análisis estratégico de cada competidor como si estuviéramos en su lugar.
Photo credit: Mike