Cerramos con el cuarto post esta mini serie de post relacionados con los diferentes tipos de estrategias de segmentación: marketing concentrado o marketing de nichos.
En los tres post anteriores vimos tres tipos: marketing indiferenciado o masivo (clic aquí para leer el post), marketing diferenciado o enfocado (clic aquí para leer el post) y marketing local o individual (clic aquí para leer el post).
En este tipo de estrategia de segmentación nos centramos en un único segmento de mercado.
Es evidente que el riesgo que asumimos es mucho mayor, ya que la apuesta por un único segmento de mercado provoca una alta dependencia de nuestra marca ante dicho segmento.
Si este segmento tuviera un cambio en el comportamiento, perdiera su status y su influencia o no supiéramos entender sus inquietudes, nuestra marca se vería obligada a reorientar toda la estrategia, con el consiguiente hándicap que eso supone.
Por ejemplo, si nuestra marca se enfoca única y exclusivamente en el segmento del lujo, en un producto muy determinado en el que disponemos de un posicionamiento privilegiado, debemos de estar muy atentos a cualquier tipo de variable que pueda generar alguna distorsión.
Creo que es interesante que en este momento podamos refrescar este post anterior que está relacionado con esta conceptualización: Diferencia entre segmento de mercado y nicho de mercado (clic aquí para leer el post).
Como cita el propio concepto de marketing concentrado, la concentración que hacemos en un único segmento es tal que debemos de conocer a la perfección el comportamiento actual de nuestro público objetivo.
Pero más importante es aún si cabe el intento de conocimiento constante de los hábitos o comportamientos a corto, medio o largo plazo que dicho público objetivo pueda hacer, teniendo en cuenta como el entorno competitivo puede ejercer diversos tipos de influencia en él.
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