Atención, emoción y memoria en neuromarketing representan tres variables fundamentales a la hora de que una marca en su proyección publicitaria.
Atención
Podemos decir que la marca debe ser capaz de generar un estímulo como eje central para captar el interés del público. Alcanzar la atención no es tarea fácil, pues se despierta cuando se incorpora algo realmente nuevo y relevante en nuestro entorno, algo que tiene que ver con nuestros mecanismos de reacción.
Emoción
Siempre en su justa medida, ya que un exceso de intensidad emocional puede causar estrés en el receptor. Además, para provocar la memoria es mejor enfocar el aspecto emocional y concretar que diversificarlo y cansar.
Memoria
Decir que lógicamente es la variable más complicada, ya que está en total dependencia de la parte emocional y de la atención que hayamos prestado.
En resumen, podríamos asegurar que sin emociones no puede haber atención, aprendizaje y, por supuesto, memoria.
Hablemos de algún ejemplo sencillo, como por ejemplo algún anuncio publicitario. La conocida marca de helados Magnum, provoca la atención a través de un sonido muy característico: el clac al morder uno de sus productos icono.
Este sonido clave lleva el peso de todo el anuncio: nos provoca una reacción emocional intensa intentando despertar nuestro deseo por morder uno de esos, nos genera un recuerdo muy claro e imborrable que se instalará en nuestra memoria incluso de forma irracional. Un claro ejemplo de la aplicación de la secuencia atención, emoción y memoria.
En otros casos, como el de los dos último años de la Lotería de Navidad, la intensidad emocional puede poner en peligro el objetivo buscado, ya que se raya al límite el nivel de emociones.
Puedes ver más sobre estos dos anuncios publicitarios en estos dos post anteriores:
Vuelve la cordura: lotería y emociones
Emociones para el storytelling de la Lotería de Navidad
Photo credit: Luca Semprini