Un nuevo ejemplo para serie de post dedicada a ejemplos de cobranding entre marcas: Príncipe y Playmobil.
Os refresco el concepto de cobranding en este post anterior, que puedes leer clicando aquí.
Las conocidísimas y nostálgicas galletas Príncipe y los también conocidísimos y nostálgicos Playmobil, unen sus conceptos para una alianza estratégica destacable.
El storytelling de las galletas Príncipe destaca una leyenda que cita que alrededor de 1890 un maestro artesano llamado Edouard de Beukelaer preparaba exquisiteces para el Príncipe de Bélgica.
El Príncipe contaba entre sus caprichos a la hora de merendar las galletas y de manera muy especialmente el chocolate, por lo que siempre iba con sus ropas manchadas del mismo.
Esa fue la inspiración del maestro artesano, que da vida a la marca y al concepto de producto con sus ricas galletas de chocolate.
Por su parte Playmobil, que cuenta con un patrimonio brutal en cuanto a las figuras de juguete siempre tematizadas tanto para jugar como para coleccionar, también cuenta con una bonita historia.
Hans Beck, conocido como el padre de Playmobil, tuvo la idea de realizar vehículos de plástico más pequeños que los que fabricaba su empresa con unas pequeñas figuras.
Este ingeniero terminó centrándose más en las propias figuras y sus accesorios, que en los coches, dando origen a Playmobil.
La propuesta de cobranding se ha fundamentado en el reparto de 9.500 figuras del «Príncipe de Playmobil» que se adquien comprando un pack de galletas, que además da la posibilidad de participar en un sorteo de 50 castillos de Playmobil.
Aunque ambos productos son bien diferentes y pertenecen a segmentos distintos, ambas marcas cuentan con públicos homogéneos.
Es muy curioso e importante que en este caso dicho público es tanto infantil como adulto, ya que son marcas que han marcado una época y poseen una carga nostálgica brutal.
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