Traemos una nueva entrega para la serie de post dedicada a conceptos de tendencia en el nuevo consumidor: Casting.
El concepto casting es de origen anglosajón, con amplia aceptación en nuestra lengua castellana.
Es tal su implantación y uso común que es aceptado como palabra por la Real Academia Española (RAE).
Un casting es un proceso de elección de modelos o de actores para un trabajo concreto.
Lo habitual es que en un proceso de selección todos los candidatos y candidatas para un trabajo deban interpretar un mismo papel propuesto por quienes van a elegir.
De este modo, se logran realizar las comparativas necesarias para poder contrastar y elegir a la persona o a las personas más apropiadas para el objeto.
En castellano al casting se le denomina audición
Aunque, seguramente, en muy pocas ocasiones escucharemos el término audición, ya que casting está ampliamente implantado.
En el ámbito publicitario, cuando se va a realizar una producción audiovisual, por ejemplo, es habitual realizar este proceso.
Los criterios de selección de quienes van a ser elegidos o elegidas para la pieza publicitaria deben de estar perfectamente definidos desde marketing.
Es decir, dada la estrategia de la marca que va a ejecutar la pieza publicitaria, se definirán aquellas variables que estén alineadas con el enfoque de mercado de la misma.
Este es un punto clave. Si vamos a dejar en manos de personas que van a ejecutar la acción publicitaria la comunicación de nuestra marca, tendremos que tener perfectamente definido el porqué, el cómo y el qué.
El concepto casting se ha utilizado en los últimos tiempos en un sin fin de lugares en los que quizás no debería haberse usado.
Esto ha hecho que quizás la credibilidad de un proceso necesario en muchos ámbitos profesionales pueda haber quedado en duda.
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