El dilema del agujero del bote de gel

Seguramente te habrá sorprendido el título del post de hoy: El dilema del agujero del bote de gel.

Es una obviedad lo que voy a contaros, pero el único motivo de ello es haceros pensar (como siempre). Imagina que vas a la ducha en casa, coges tu bote de gel y… cae una cantidad que seguramente es excesiva para la ducha. Te dices a ti mismo: «bueno, a la próxima iré con más precaución».

Imagina también que ese bote de gel tiene un tamaño grande, seguramente porque nos dejamos impresionar con ese porcentaje de cantidad gratis que nos ofrecía, aún sin ser plenamente conscientes de ello.

A mayor tamaño del envase, posiblemente mayor tamaño del agujero. Pero cuando estamos en plena acción de ducha no reparamos en ello. Este elemento, totalmente funcional, hace que cuanta mayor cantidad de gel salga del bote antes vamos a tener que reponerlo.

En plena ducha solemos coger el bote y apretarlo, por lo que el tamaño del agujero juega un papel trascendental: multiplica todas las veces que hacemos esto a lo largo de una semana (por ejemplo) por todas las personas que lo hacemos en un determinado mercado. El resultado puede ser asombroso.

Además, he consultado algunos estudios interesantes relacionados con esto y hay muchas cosas curiosas: a mayor tamaño del agujero del bote de gel (y, por supuesto de champú) mayor tiempo pasamos en la ducha y viceversa, es decir, a menor tamaño del agujero del bote de gel menor tiempo pasamos en la ducha.

Finalmente te animo a hacer un experimento: cuando vayas a tener un espacio de ducha, observa tu bote de gel, observa su tamaño, observa el gesto que haces cuando quieres sacar su contenido, observa la cantidad que sale y toma tus propias conclusiones.

Esto no solo ocurre con estos productos, sino que estamos rodeados de muchos otros productos que casi sin darnos cuenta nos están llevando a un mayor consumo. Si quieres citarme alguno te lo agradezco.

Photo credit: thecomeback