Al igual que en el post anterior, hoy os traigo otra metodología para la sección de técnicas de creatividad: El por qué de las cosas o La brújula.
La metodología creativa «El por qué de las cosas» (también denominada «La brújula«) es una curiosa técnica que puede ayudarnos a conocer mejor nuestro objetivo creativo, aunque hemos de decir que no nos aporta soluciones finales a un reto planteado.
Digamos que podríamos calificar a esta técnica de creatividad como un complemento a otras que si que aportan soluciones finales, pero puede ser decisiva en la ayuda que nos puede aportar para enfocar mejor.
Esta metodología fue creada por Arthur Boice Van Gundy, profesor de comunicación en la Universidad de Oklahoma.
Arthur estaba muy interesado en el desarrollo de la creatividad, creando por este motivo el programa de entrenamiento de creatividad para la American Management Association.
Su funcionamiento es tan sencillo como remitirnos a cuando éramos niños pequeños, es decir, tan solo tenemos que preguntarnos “por qué” a todo.
Por cada «por qué» obtendremos una respuesta, a la que volveremos a realizar la misma pregunta una y otra vez, para ir anidando una cadena de respuestas.
El objetivo es intentar obtener diferentes y numerosas posibles explicaciones a un problema, tirando del hilo hasta llegar a una causa concreta que nos permita observar con una mayor perspectiva para poder alcanzar soluciones creativas.
Cuando empezamos con la primera pregunta y vamos encadenando los por qués, llega un momento en el que se hace complicado continuar, por lo que debemos parar y tomar conclusiones.
Si la conclusión que alcanzamos no resulta convincente, reformulamos la pregunta inicial y volvemos a arrancar con el proceso.
Puede parecer, a priori, una técnica de creatividad un tanto banal, pero es todo lo contrario, ya que el formato nos obliga a tener que responder de forma consecutiva muchas veces, cosa que resulta finalmente productivo.
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