Hoy os traigo un planteamiento que me encanta y es que considero que el público infantil es una fuente de información perfecta para las marcas.
Motivos hay muchos y voy a intentar citarlos en diferentes puntos de interés, todos ellos fundamentados en su valioso know-how desprovisto de prejuicios.
Lejos de estar desautorizadas, las voces del público infantil pueden ser una fuente inagotable de insights de primer nivel.
Veamos algunos de estos puntos clave que justifican nuestra afirmación:
No traen ideas preconcebidas con ellos
Como decíamos antes, las ideas preconcebidas de los adultos generan prejuicios, cosa que no poseen todavía los pequeños, por lo que la fluidez de ideas sin contraste alguno puede ser realmente fantástica, no hay límites al proceso creativo.
Son fáciles de halagar
A diferencia de los adultos, los niños se perciben a sí mismos como expertos, por lo que cuando reciben cualquier halago o estímulo hacia su persona se sienten muy motivados.
Son sencillos y directos
Su si o su no es tan espontáneo como verdadero, mientras que en los adultos nuestro autodiálogo interno condiciona mucho lo que decimos o no decimos.
No se basan en la realidad
Son puramente idealistas, la realidad existe, pero en su mente la falta de prejuicios y la ausencia de límites en forma de leyes y normas favorece que el mundo ilusionista juegue un papel muy fluido y determinante para plantear escenarios impensables
La captura de «verdades infantiles» aplicada en procesos empresariales en realmente impactante, eso sí, hay que tener en cuenta que debemos de determinar antes de proceder a cualquier sesión de este tipo qué tipo de motivaciones vamos a disponer para ellos.
Dentro de lo irracional, emocional e imaginativo de estos procesos, nuestro papel como gestores de la marca para la que trabajamos es saber determinar las preguntas específicas y los planteamientos bien construidos para poder extraer conclusiones interesantes.
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