Continuamos con la serie de post en los que estamos visualizando estímulos. En esta ocasión es el turno para estímulos y su influencia en la estrategia de marketing: Imperceptibles.
Cuando hablamos de estímulos imperceptibles nos referimos a aquellos de los que el individuo no se da cuenta, es decir, no es consciente de ellos ya que no los siente.
Generalmente, los estímulos imperceptibles suceden cuando se dan una gran cantidad y variedad de estímulos, motivo por el que el individuo no es capaz de sentir todos ellos en su totalidad.
De este modo, tenemos algunas situaciones multitarea en las que la carga de estímulos diversos provoca que no seamos conscientes de todos ellos, pero sí ocurren y de alguna manera nos condicionan.
Por ejemplo, si estamos trabajando en equipo a la vez que revisando una tarea individual y suena el móvil y lo cogemos además de estar pendiente en ese momento de un correo electrónico que acaba de llegarnos será muy probable que no percibamos que alguien del equipo está reclamando nuestra atención para poder continuar con su tarea.
Los estímulos imperceptibles también se denominan estímulos subliminales, ya que a pesar de que no son percibidos por los individuos que los reciben, éstos sí son capaces de crear efectos concretos a nivel cerebral.
Dado este escenario, os recomiendo leer una serie de varios post que dediqué a «Cómo crear mensajes subliminales en marcas«, con numerosos ejemplos de marcas conocidas y otras no tanto.
Dichos ejemplos son muy interesantes y curiosos, haciéndonos pensar sobre cómo algunas marcas en su identidad visual incorporan este tipo de estímulos y qué objetivo persiguen.
Precisamente, este tipo de estímulos queda grabado en nuestra memoria y provoca diversos escenarios de sensaciones y percepciones de alto componente irracional que provocan el recuerdo más allá de lo netamente consciente.
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