Tercera y última entrada de la trilogía de posts en la que estamos destacando 3 hábitos para lograr tu propósito personal. Esto es fundamental: Ten hambre por aprender.
Antes de tomar cualquier decisión, haz tu esfuerzo mental. Esta destreza de procesamiento, plantea desafíos, especialmente cuando se participa en el pensamiento crítico.
Nuestro cerebro tiende a crear atajos, que fueron muy útiles en la época primitiva, ayudando a sobrevivir contra amenazas. En ausencia de estos peligros inmediatos, estos atajos pueden convertirse en obstáculos, especialmente en decisiones importantes.
La clave para navegar por este escenario cognitivo es convertirse en fuertes pensadores críticos. Esto implica reconocer nuestros sesgos cognitivos y prejuicios personales. También implica comprender cómo pueden influir en lo que percibimos como decisiones objetivas.
La capacidad de discernir, cuestionar y pensar más allá de nuestros prejuicios es lo que nos distingue como pensadores conscientes en un mundo plagado de información.
Acepta que no sabes nada y quieres saber mucho
Los seres humanos luchamos por descubrir verdades fundamentales sobre nosotros mismos y el mundo, pero los misterios persisten. Seguimos navegando por las fuerzas desconocidas de nuestro universo y la complejidad de nuestra mente escapa a una comprensión total.
Buscar la verdad es inherente a nuestra naturaleza. Reconocer nuestro conocimiento limitado es, sin duda, la puerta de entrada al aprendizaje continuo. Solo de este modo podemos emprender un viaje continuo de exploración. El aprendizaje continuo es un motor no sólo para el crecimiento intelectual sino también para la salud del cerebro.
La estimulación mental que ocasiona el desafío con nuevas habilidades contrarresta los efectos del envejecimiento sobre la memoria y la cognición. Cuando aceptamos la noción de que no sabemos nada, nos embarcamos en una vida de descubrimientos sin fin.
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