Cada día que pasa pienso más y más en la brecha conceptual del social media y el impacto que está teniendo a corto, medio y largo plazo entre generaciones y entre profesionales y empresas.
Me explico. Existe un gran brecha entre las generaciones que llegan y se topan con una nueva realidad comunicativa, la adaptan y la adoptan, entregándose a ella y percibiendo la otra realidad (más clásica, la de sus padres) como fuera de onda.
Y no solo esto, pues además parecen renegar de esa otra forma tradicional de comunicar y su enfoque es exclusivo hacia lo inmediato, lo conectado, lo online, lo breve y aquello que carece de reglas (como por ejemplo, la escritura que utilizan para canales como Twitter o Whatsapp).
Existe cierto egoísmo en la manera de pertenecer a este nuevo modelo comunicacional. Y hacen poco o nada por extenderlo a quienes tienen por encima generacionalmente hablando. Es como si esta nueva forma de comunicarse les sirviera de escondite, de código cifrado. Incluso muchos se felicitan por entender el modelo mientras creen que sus padres no tienen los recursos para entenderles ni descifrarles.
En otro orden, pasa algo parecido con los profesionales de la comunicación online y las empresas que no han dado ese salto que minore dicha brecha conceptual. Muchas veces los profesionales de la comunicación dan por sentadas muchas cosas. Mucho público que les escucha en jornadas o eventos, se va con un subidón maravilloso que se cae al suelo al día siguiente.
Ese subidón se da muchas veces entre los mismos profesionales del sector. Pero seguramente su incidencia en la aplicación para las empresas es tremendamente escasa. Hay un problema, precisamente, de comunicación. El mensaje no cala en las empresas, quizás porque las velocidades a las que viaja el modelo entre los profesionales no se adaptan a nuestro modelo de empresas. Sobre todo en pymes y micropymes hay tanto por hacer. Tantos recursos por optimizar y tantas dudas por resolver que las nuevas maneras de comunicarnos quedan aisladas y con muy poca valoración.
Piensa si esto tiene sentido. Piensa también si estás metido en este dilema o puede que no estés en absoluto de acuerdo con esto. Al menos, piénsalo.
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2 comentarios
Soy un pequeño empresario (micropyme) que llevo 25 años luchando por sacar adelante mi empresa con todo lo que ello conlleva, y la reflexión que haces en tu artículo es para mi totalmente acertada. Desde hace 2 años he sido consciente de la necesidad imperiosa de reconvertir mi negocio y hacerlo online, y para ello vengo realizando un gran esfuerzo por ponerme al día y adquirir los conocimientos imprescindibles para poder poner en marcha mi proyecto con unas mínimas bases que me permitan aspirar al exito y asegurarme la supervivencia de mi empresa. Y en esa experiencia de los últimos 2 años la verdad es que me he visto superado por la complejidad que me he encontrado a la hora de implementar un negocio online ya que requiere de conocimientos y habilidades en multitud de materias, empezando por el desarrollo de la propia tienda online, y continuando con la puesta en marcha de un plan de marketing adecuado donde es necesario ocuparse del SEO, del SEM del Social Media, saber de Email marketing etc etc.
Sobre todo ello por suerte voy encontrando gran cantidad de información en la red que me resulta muy útil, pero de una forma bastante dispersa, y resulta difícil tener una visión global nítida para abordar el desafío con buenos fundamentos.
Blogs como este son una gran ayuda. Gracias Francisco
Wow, Antonio, muchísimas gracias por tus palabras. Mucho ánimo, hoy la aventura empresarial es más costosa en todos los sentidos que nunca, luchamos contra todo y contra todos y muchas veces nos sentimos en la más absoluta soledad.
TE mando un abrazo amigo, deseando que tu andadura de sus frutos, estoy seguro de ello!