Cuarta y última entrada de la micro serie de 4 posts en las que mostramos un resumen del magnífico libro de Robert Greene. En esta parte 4 de Las 48 leyes del poder veremos el último bloque con otras 12 leyes.
ADVERTENCIA: Algunas de las leyes pueden parecer demasiado agresivas e incluso peligrosas. No las tomes al pie de la letra. Mi consejo es que extraigas un aprendizaje, estés o no estés de acuerdo con ellas.
Ley 37: Crea espectáculos convincentes
Deslumbrados por las apariencias, nadie se dará cuenta de lo que realmente estás haciendo.
Ley 38: Piensa como quieras pero compórtate como los demás
Si finges ir contra los tiempos, haciendo alarde de tus ideas poco convencionales y tus costumbres poco ortodoxas, la gente pensará que sólo quieres llamar la atención y que los menosprecias.
Ley 39: Agita las aguas para pescar
La ira y la emoción son estratégicamente contraproducentes. Siempre debes mantener la calma y la objetividad. Si puedes hacer enojar a tus enemigos mientras mantienes la calma, obtendrás una ventaja decisiva.
Ley 40: Desprecia el almuerzo gratis
Lo que se ofrece gratis es peligroso: normalmente implica un truco o una obligación oculta. Lo que vale, vale la pena pagarlo. Se generoso con tu dinero y mantenlo circulando, porque la generosidad es una señal y un imán de poder.
Ley 41: Evita ponerte en el lugar de un gran hombre
Establece tu propio nombre e identidad cambiando de rumbo.
Ley 42: Golpea al pastor y las ovejas se dispersarán
No pierdas el tiempo arremetiendo en todas direcciones contra lo que parece ser un enemigo de muchas cabezas. Encuentra la cabeza que importa: la persona con fuerza de voluntad, inteligencia o, lo más importante de todo, carisma. Cueste lo que cueste, aleja a esta persona, ya que una vez que esté ausente, sus poderes perderán su efecto.
Ley 43: Trabaja en los corazones y las mentes de los demás
La forma de seducir a los demás es operar sobre sus psicologías y debilidades individuales. Ignora los corazones y las mentes de los demás y llegarán a odiarte.
Ley 44: Desarma y enfurece con el efecto espejo
Cuando imitas a tus enemigos y haces exactamente lo mismo, ellos no pueden descifrar tu estrategia.
Ley 45: Predica la necesidad de cambio, pero nunca reformes demasiado a la vez
Las personas son criaturas de hábitos. Demasiada innovación es traumática y conducirá a la revuelta. Haz una demostración de respeto a la antigua forma de hacer las cosas. Si el cambio es necesario, hazlo sentir como una suave mejora con respecto al pasado.
Ley 46: Nunca parezcas demasiado perfecto
Lo más peligroso es aparentar no tener defectos ni debilidades. Es inteligente mostrar defectos ocasionalmente y admitir vicios inofensivos para desviar la envidia y parecer más humano y accesible.
Ley 47: No pases de la marca que buscaste: En la victoria, aprende cuándo parar
En el corazón de la victoria, la arrogancia y el exceso de confianza pueden empujarte más allá del objetivo que habías fijado. Y, al ir demasiado lejos, te haces más enemigos de los que derrotas. No permitas que el éxito se te suba a la cabeza. Fíjate una meta y, cuando la alcances, detente.
Ley 48: Asume la falta de forma
Al tomar una forma, al tener un plan visible, te abres al ataque. En lugar de adoptar una forma que tu enemigo pueda captar, mantente adaptable y en movimiento. Acepta el hecho de que nada es seguro y ninguna ley es fija. La mejor manera de protegerse es ser tan fluido como el agua. Nunca apuestes por la estabilidad o el orden duradero. Todo cambia.
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