Hoy os traigo un grandísimo ejemplo, que tengo muy cerquita de mi casa, para la sección de productos singulares: Ol Choco Sal, el bombón más saludable del mundo.
Se trata de una propuesta de Masía el Altet, una empresa familiar ubicada entre los Parques Naturales de la Font Roja y de la Sierra de Mariola, en la provincia de Alicante.
Con la cercanía del Mediterráneo, aunque a una altitud de entre 800 y 1.390 metros, rodeados de pinos, encinas, sabinas, enebros, fresnos, arces o quejigos, Masía el Altet se ubica en un entorno privilegiado, que la comunidad botánica califica como la reserva natural más rica en plantas medicinales y hierbas aromáticas del mundo.
Masía el Altet mima como nadie desde hace generaciones un producto emblemático e imprescindible en nuestra dieta mediterránea como el aceite de oliva virgen extra.
Tanto es así, que Masía el Altet ha recibido innumerables galardones internacionales, siendo el más importante de ellos el First Prize, para Masía El Altet “High Quality” en el Consejo Oleícola Internacional, (Mario Solinas) COI.
Este reconocimiento es anhelado por todos los productores de aceite de oliva del mundo, lo que da muestra de la enorme calidad de los AOVE de la marca.
Con tan sólo 3 ingredientes principales han creado el primer bombón de chocolate negro enriquecido con aceite de oliva virgen extra Masía el Altet y pequeñas escamas de sal.
El interior del bombón es de textura cremosa que identifica los matices característicos del aceite de oliva virgen extra que se elabora en Masía el Altet, generando un perfecto equilibrio con el chocolate y la sal que potencia de forma natural su sabor.
Este bombón es pura artesanía, elaborándose uno a uno con mucho cariño para quien busca lo sibarita.
Pero lo que acabó de enamorarme de esta idea fue el precioso storytelling que hay detrás de Ol Choco Sal.
En 1920, España era el mayor consumidor de cacao mundial. El producto llegaba en gran medida de la Colonia Africana de Fernando Poo, en la Guinea Ecuatorial Española.
Entre los años 1930 y 1980, principalmente en la cuenca del mediterráneo, el desayuno y la merienda por excelencia era la icónica tostada de aceite de oliva con chocolate y un toque de sal.
A partir de la década de los 80, la llegada de la bollería industrial a España y su gran consumo hizo que este desayuno y merienda fuera desapareciendo.
Ese elemento icónico que todavía permanece en la memoria de muchos, es el motivo de querer recuperar de alguna manera el concepto.
Ol Choco Sal pretende revivir aquellas sensaciones del pasado, a través de la calidad de los ingredientes del presente, dando al aceite de oliva virgen extra un valor emocional.
Me encanta esta propuesta, así como todos sus aceites. Estoy seguro de que Masía el Altet nos seguirá sorprendiendo tan gratamente como hasta ahora.
Photo credit: MA
