Llevaba mucho tiempo pensando en escribir este post y queriendo transmitir por qué la radio es magia, imaginación e inspiración.
Un medio de comunicación que adoro y con el que convivo mucho tiempo en viajes o en momentos de concentración y trabajo. Porque es una compañera fiel y perfecta para mí.
La radio es magia. Un solo sentido, el oído, y todo lo demás es imaginación e inspiración.
La radio te habla y a partir de ahí tu imaginación arranca un camino mágico intentando proyectar historias de diversa índole e intensidad.
Escuchar música nos desata emociones, imaginamos estados probablemente irreales, fruto de posibles deseos que permanecen en nuestra mente.
Escuchar una tertulia sobre algún tema curioso, por ejemplo sobre un destino turístico, nos despierta sensaciones que nos transportan mentalmente al lugar, lo conozcamos o no.
Escuchar un programa de misterio puede desembocar en ciertos miedos y temores estén relacionados con lo que nos están narrando o no
Oir un partido de fútbol puede ser otro de los ejemplos más claros, ya que la intensidad del partido sin estar viéndolo te hace vivir fervientemente el instante.
La radio es además un medio capaz de adaptarse a todo, incluso a la transfusión mediática a los canales online.
Precisamente esta oportunidad se aprovecha perfectamente por parte de los usuarios. Podemos escuchar infinitas cadenas gracias a la accesibilidad de la red.
Hay momentos en los que la radio es una gratísima compañía. Hay locutores y locutoras capaces de engancharte totalmente en la escucha de sus programas.
Su voz es su santo y seña, marcando el estilo en su manera de hacer.
Otra de las cosas que más me gusta de la radio es su capacidad para sorprender por su efecto inmediatez.
Gracias a la radio, por ser, por estar y por hacer que vuele mi imaginación.
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