Un color protagonista que siempre me ha gustado para la serie de post sobre psicología del color en el marketing: amarillo.
El amarillo es un color que provoca estímulo al estudio, a la comprensión, al entendimiento y a la sabiduría. Ciertamente lo calificaría como un color atrevido, arriesgado e inteligente.
Dicen que este color es la manifestación física del oro, por lo que la asociación del mismo con la riqueza, la opulencia y el brillo estaría mas que clara.
Como decía antes, el amarillo es identificación de inteligencia y también de genialidad. Transmite alegría y optimismo.
¿Un ejemplo? A los niños y niñas les encanta dibujar el sol y seguramente casi siempre tienden a dibujarle una sonrisa, ¿cierto? ¿A quién no le gusta el sol?
Un elemento sin el que no sería posible nuestra vida y que nos alimenta siempre desde lo alto con su descomunal fuerza. Quizás sea por ello que el amarillo también irradia calidez, energía y vida.
Como curiosidades, podemos citar que se relaciona con:
- el sensacionalismo (prensa amarilla)
- los taxis de muchas ciudades (tiene sentido para hacerlos visibles y llamativos desde lo lejos)
- el mundo del teatro (dicen que indica mala suerte tras la muerte de Molière representando vestido de este color su obra El enfermo imaginario)
- también tiene un papel destacado en el mundo musical (algunas conocidas canciones hacen mención expresa al amarillo)
Qué deciros, a mí me encanta la intensidad del amarillo y como es capaz de llamar la atención ya desde muy lejos.
Para finalizar, decir que también transmite jovialidad, afectividad, excitación e impulsividad, además de un posible deseo de liberación.
Desde luego, no suele dejar indiferente, aunque en muchas ocasiones hay que estar bien seguro de su uso, por el atrevimiento que conlleva.
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