En el post de hoy vamos con otras dos nuevas figuras para engrosar la terminología y los ejemplos de la serie de post dedicada a la retórica en la estrategia de marketing (4).
Comenzamos por la hipérbole, cuya definición es una alteración exagerada e intencionada de la realidad. Ya sabes que los seres humanos tendemos a la exageración, bien hacia lo grande o bien hacia lo diminuto. Nos gusta alterar las cosas en función de nuestra interpretación del momento.
Por ejemplo, si hace tiempo que no has visto a alguien y te lo encuentras por la calle, no es extraño que exclames «hace cien años que no te veía». Esto sería una hipérbole.
Este ejemplo de Bosch que puedes ver en la imagen me encanta. Con el quieren hacer alusión a que el poder de sus herramientas es tan grande que incluso son capaces de transformar la forma de las vetas naturales de la madera. Sencillo, pero sublime.
La otra figura de la retórica que es protagonista de este post es la metáfora
Con ella, denominamos a alguna cosa mediante su semejanza o analogía con otra cosa. «El tiempo es oro» sería una de las metáforas más conocidas e implantadas en nuestro entorno.
Las metáfora es una herramienta que puede llegar a tener mucha efectividad en un proceso de marketing, dado que si somos capaces de trabajar la creatividad, el mensaje resultante puede tener la capacidad necesaria para instalarse en la memoria del consumidor.
En la imagen tenemos un buen ejemplo, en este caso de la marca de cerveza Heineken que como patrocinadora de la UEFA Champions League hizo esta propuesta gráfica con motivo de la final de esa temporada en Roma, aludiendo a uno de los iconos de la ciudad, el Coliseo, formado por botellas de la marca.
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