Tercer post de la serie sobre un interesante concepto estratégico, en el que veremos las fases de desarrollo de un proceso estratégico de benchmarking.
El benchmarking es un proceso por el que se obtiene información útil que ayuda a una organización a mejorar los suyos.
Su objetivo es lograr una óptima eficacia aprendiendo de las mejores empresas, para ayudar a la propia a definir a donde quiere llegar.
Para diseñar y desarrollar con garantías un proceso de benchmarking es interesante seguir las siguientes etapas.
Planificación
El objetivo principal de esta primera fase es planificar el trabajo de investigación.
En la investigación debemos enfatizar en el por qué, que debe estar relacionado con un área de la empresa que queramos o debamos mejorar.
También, hemos de plantearnos que tipo de benchmarking vamos a seguir: interno, externo, funcional e integral.
Por último, para llevar a cabo el proyecto debemos crear un equipo de trabajo específico.
Obtención de información
La recopilación de datos es clave para el proceso de benchmarking.
De este aspecto dependerá el éxito o el fracaso de todo el proceso, debiendo desarrollar un exhaustivo esfuerzo en este sentido.
Fases de desarrollo de un proceso estratégico de benchmarking
Análisis
Tras disponer de la información necesaria, pasamos al análisis de los elementos que determinan las diferencias entre nuestra empresa y las empresas investigadas.
De este modo, podremos empezar a identificar los aspectos de mejora.
Solamente debemos seleccionar las mejoras que, por tamaño, recursos e infraestructura puedan ser viables a la hora de llevar a cabo.
Plan de acciones
Tras analizar la información e identificar los aspectos de mejora podemos plantear un plan de aplicación de cada una de las acciones que permitan la evolución.
Seguimiento
Es un aspecto fundamental, ya que debemos seguir la evolución de los cambios implantados y vigilar las variables clave que permitan realizar el próximo proceso de benchmarking.
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