Hoy, turno para otro protagonista en la serie de post sobre psicología de los números en el marketing: dos.
Lo primero que se nos puede venir a la cabeza cuando pensamos en el número dos es que, lógicamente, no es la mejor opción, es decir, hay algo o alguien por delante que ocupa la posición de liderazgo del número uno.
Es cualquier aspecto de la vida es una posición complicada, ya que aunque seguramente posea varios privilegios, el estar detrás del primero no es fácil.
Pero estratégicamente podemos ver muchos ejemplos de marcas que aprovechan que el líder no llega a todos los públicos. La segmentación aporta estas oportunidades.
Ejemplos típicos y conocidos de segundo en el mercado son Pepsi o Burguer King
Aunque esto es muy relativo, ya que no en todos los mercados ambas marcas ocupan la segunda posición, sino que incluso en alguno ocupan la primera.
Visto de otra manera, el número dos representa a una especie de líder después del líder, es decir, el resto de marcas actuarían como seguidoras de ambos. Esto suele recibir el identificativo de retador, ya que puede que en ocasiones tenga la oportunidad de disputar la primera posición al líder natural.
Por otra parte, el número dos lleva incorporado de serie un concepto que en marketing puede dar un juego fabuloso: la dualidad.
Lo dual posee un potencial enorme, ya que es un concepto que viaja entre polos opuestos: del blanco al negro, del día a la noche, del sol a la luna, del cielo al infierno, de lo bueno a lo malo, etc.
De hecho, los que nos dedicamos al mundo del marketing poseemos una excelente dualidad: marketero y consumidor.
El dos puede ser la antítesis o puede jugar el papel del complemento perfecto. Sin duda, un número que nos aporta mucho en el mundo del marketing.
Photo credit: Christine Davis
