Quinto post de la nueva serie dedicada a las nuevas conductas de bienestar personal en confinamiento: Ejercicio.
En esta serie únicamente deseo dejar algunas reflexiones personales sobre algunos comportamientos concretos.
Os comparto los posts anteriores:
- 1: Lectura (clic aquí para leer)
- 2: Alimentación (clic aquí para leer)
- 3: Cocinar (clic aquí para leer)
- 4: Teletrabajo (clic aquí para leer)
Quizás éste sea uno de los principales problemas que hemos tenido en esta etapa de confinamiento.
Hacer ejercicio, si no tienes el hábito, da bastante pereza. Nadie nos obliga a hacerlo, ya que es algo para nosotros mismos.
Resultado probable: la procrastinación. Os hablo de este interesantísimo concepto en este post anterior (clic aquí para descubrir).
Nuevas conductas de bienestar personal en confinamiento: Ejercicio
Quienes sí tenían el hábito de hacer deporte o al menos algo de ejercicio, inmediatamente han buscado la manera de adaptarse a las nuevas circunstancias.
Pero para quienes no lo han tenido, coger el hábito no es nada sencillo y menos en tu casa.
A pesar de que ha habido un auténtico boom digital y televisivo de quienes nos han animado a mover el esqueleto, si no lo tienes como preferencia es muy complicado.
Sea como sea, bien por adaptación o bien por inicialización, lo ideal es ser progresivo, como diría el sentido común.
Ir poco a poco, conocer las nuevas rutinas y sentirte cómodo con ellas es lo que hará que el hábito pueda ser adquirido, ya que debemos estar contentos con lo que hagamos.
Recuerda, es mejor poco y bueno que mucho y no tan bueno. Creo que aquí, claramente, prima la calidad por la cantidad. Otro buen ejemplo de que menos es más.
Sea como sea, hacer algo de ejercicio es fundamental siempre y más en esta etapa tan compleja que nos ha tocado vivir.
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