Capítulo 23 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (24).
Un nuevo micro capítulo. En él, aparece otro nuevo personaje, en este caso el mercader. El mercader vende píldoras que aplacan la sed y que generan un ahorro de tiempo.
El Principito pregunta al mercader por qué vende eso. La respuesta: para ganar tiempo y hacer lo que se quiera con el. Concretamente, 53 minutos por semana.
El tiempo es un elemento trascendental en la vida y siempre me ha interesado sobremanera aplicado dentro de los procesos de marketing. De hecho ya he escrito en algunas ocasiones sobre este concepto tan atractivo en este blog, que quiero rescatarte aquí:
- Marketing para vender un intangible: tiempo
- Comprar tiempo, vender tiempo
- 5 tips para permanecer más tiempo en una tienda
- Si tienes tiempo para pensar eres un artista
- Me time, espacio y tiempo para mi mismo
Dice El Principito: si tuviera 53 minutos los emplearía en ir caminando tranquilamente hacia una fuente. Un pensamiento totalmente lateral, ¿no crees?
El tiempo, ese elemento intangible por el que el ser humano suspira. Perderlo puede ser doloroso. Aspirar a recuperarlo es un deseo irrefrenable.
Me apasiona pensar que cuando trabajo otros conceptos dentro de un proceso de marketing, como la imaginación, el tiempo está muy presente en los estados de pasado, de presente y de futuro.
La propia planificación de marketing requiere de un timing. De nuevo el tiempo es protagonista. Incluso su propio transcurso es apasionante: el tiempo en positivo, creciendo hacia adelante e indicando que algo pasará o bien el tiempo en negativo, decreciendo hacia atrás, por ejemplo en una cuenta atrás, proyectando urgencia y escasez e indicando también que algo pasará.
Vaya concepto marketero más increíble: el tiempo. Piensa, tienes tiempo para hacerlo. Y, recuerda: el tiempo no pierde el tiempo.
Photo credit: caxigalines